Hasta hace no mucho, usaba en mi centro de trabajo un servidor NAS doméstico que hacía sus funciones de forma algo lenta pero sin problemas de seguridad ni estabilidad. Sin embargo, a raíz de un problema de reinicio y pérdida de acceso al mismo, decidir dar el salto y poner en marcha un auténtico servidor NAS.
Preparé una máquina virtual con Xen, preparé el almacenamiento en mis módulos SAS, configuré el direccionamiento del mismo y arranqué la máquina. ¿Qué me quedaba por instalar y configurar? Un servidor Samba. Veamos cómo hacerlo.
El siguiente procedimiento vale sobre cualquier distribución de GNU/Linux.